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El Desarrollo Sostenible es una Mentira

El “desarrollo sostenible” es una afirmación virtuosa. La palabra “desarrollo” utilizada en este sentido es una mentira.

La palabra “desarrollo” significa “crecer”, “progresar”, “volverse pleno, más avanzado”. Algunos sinónimos son “evolución, desenvolvimiento, maduración, estado propicio” y algunos antónimos son “deterioro, desintegración”. Y aquí hay un ejemplo real sacado del diccionario: “El drama alcanzó su máximos desarrollo con las obras de Shakespeare”.

Pero existe un problema. Un niño se desarrolla en un adulto, una oruga se desarrolla en una mariposa, un río dañado (digamos) por la minería tiene alguna posibilidad de desarrollarse de nuevo en un río saludable; pero una pradera no se “desarrolla” en casas como cajas pintadas de blanco, una bahía no se “desarrolla” en un puerto industrial, un bosque no se “desarrolla” en carreteras y zonas deforestadas.

La realidad es que la pradera es destruida cuando se lleva a cabo un “desarrollo”. La bahía es destruida para “desarrollar” un puerto industrial. El bosque es destruido cuando los “recursos naturales” son “desarrollados”.

La palabra “asesinados” funciona igual de bien.

Destrucción Sostenible

Piénsalo. Vas en tu vida atendiendo tus asuntos, cuando alguien llega y quiere hacer dinero al “desarrollar” los “recursos naturales” que están en tu cuerpo. Va a cosechar tus órganos para trasplante, tus huesos para fertilizante y tu carne para vender comida.

Tu puedes responder, “¡Oye!, yo estaba usando ese corazón, esos pulmones”.

Esa pradera, esa bahía, ese bosque, todos estaban usando lo que tú llamas “recursos naturales”. Esos “recursos naturales” son en efecto, su mismo cuerpo. Sin ellos mueren, al igual que tú lo harías.

No ayuda en nada agregar la palabra “sostenible” al frente de lo que sea que estás haciendo. La explotación sigue siendo explotación, aunque tu decidas llamarla “explotación sostenible”. La destrucción continúa siendo destrucción, aunque le pongas el nombre de “destrucción sostenible”.

Un signo de inteligencia es la habilidad de reconocer patrones. Nosotros, los humanos industrializados, creemos que somos más listos que todos los demás. Así que voy a mostrar un patrón, y veamos si lo podemos reconocer en menos de 6,000 años.

El Desarrollo Sostenible Griego

¿Acaso cuándo piensas en Iraq, lo primero que te viene a la mente son bosques de cedros tan espesos que la luz del sol nunca toca el suelo? Así era Iraq antes de los principios de esta cultura. Uno de los primeros mitos escritos de esta cultura relata a Gilgamesh deforestando montañas y valles de lo que ahora es Iraq para construir grandes ciudades.

Oh, perdón, supongo que no estaba deforestando la región; él estaba “desarrollando” los recursos naturales.

La mayor parte de la Península Arábiga era sabana de roble, hasta que estos “recursos” fueron “desarrollados” para la exportación. El Medio Oriente alguna vez estuvo densamente arbolado. ¿Recuerdas los cedros de Líbano? Todavía conservan uno en su bandera. El Norte de África fue severamente deforestado. Esos bosques fueron destruidos—quiero decir “desarrollados sosteniblemente”—para fabricar los navíos fenicios y egipcios.

Grecia fue rigurosamente deforestada. Los Filósofos de la Grecia Antigua se quejaban que la deforestación estaba dañando la calidad del agua. Estoy seguro que los burócratas del Antiguo Departamento de Desarrollo Sostenible Griego respondieron que necesitarían estudiar el problema por lo menos durante algunos años para asegurarse que realmente había una correlación.

En las Américas, las ballenas eran tan abundantes que su respiración hacia que el aire estuviera bajo una neblina perpetua y representaban obstáculos peligrosos para la navegación. El “desarrollo” de ese recurso eliminó los peligros. El bacalao era tan numeroso que sus cuerpos alentaban el paso de los navíos. También “desarrollaron” ese recurso arreglando el problema. Había tantas palomas migratorias que sus parvadas oscurecían el cielo por días enteros. Una vez más, el “desarrollo” de ese recurso las eliminó.

¿Sabes por qué no hay pingüinos en el hemisferio Norte? Solía haberlos. Se les conocía como alcas gigantes. Un explorador francés comentó que había tantos en una sola isla que un navío francés podría cargarse con ellos y que no quedaría una hendidura. Pero ese “recurso” fue “desarrollado” y el último alca gigante fue matado—¡caray! quise decir “desarrollado”— en el siglo XIX.

200 Especies al Día

Hoy se extinguieron doscientas especies. Y 200 más se extinguirán mañana. Y otras 200 el día después de ese. Día tras día perderemos 200 especies.

Cada indicador biológico está marcando la dirección equivocada.

Y todos sabemos por qué. Los problemas no son cognitivamente retadores. El “desarrollo” es robo y asesinato. El “desarrollo” es colonialismo aplicado al mundo natural. El “desarrollo” es cleptocracia—un modo de vida basada en el hurto, robo.

Veamos otra prueba para nuestra inteligencia: Nombra una comunidad natural—o ecosistema, si prefieres un lenguaje mecanicista—que haya sido administrado para la “extracción” o que haya sido “desarrollado”—por lo cual me refiero de manera industrializada—que no ha sido dañada significativamente bajo sus propios términos.

No puedes, porque la administración para la extracción es dañina, lo cual podríamos reconocer si, como en el ejemplo anterior, nos pasara a nosotros. Todos podríamos reconocer que, si un ejército de ocupación entrar en tu hogar y tomara tu comida y además unos cuantos de tus familiares, que tu familia sufriría.

Así que, ¿por qué, con todo el mundo en cuestión, nos volvemos tan estúpidos cuando se trata del “desarrollo sostenible”? ¿Por qué nos cuesta tanto trabajo entender que si tu robas o deterioras una comunidad natural, que esa comunidad natural va a sufrir daños?

Esclavizando al Planeta

Upton Sinclair escribió: “Es difícil hacer a un hombre entender algo cuando su trabajo depende en que no lo entienda”. Yo además le agregaría: “Es difícil hacer a las personas entender cuando su legitimación depende de que no lo entiendan”.

En los años 1830, un filósofo que apoyaba la esclavitud argumentó que la esclavitud era necesaria porque sin ella los dueños de los esclavos no tendrían los “conforts y elegancias” a los que se habían acostumbrado tanto.

Lo mismo es cierto aquí, cuando extendemos el entendimiento de la esclavitud del mundo natural, conforme esta cultura intenta esclavizar—léase “desarrollar”, ¡caray!, “desarrollar sosteniblemente”—más y más al planeta vivo.

En pocas palabras, estamos permitiendo que el mundo sea asesinado para que tengamos acceso a helados las veinticuatro horas del día durante toda la semana. Y lo llamamos desarrollo sostenible para que nos podamos sentir bien con nosotros mismos mientras recibimos los beneficiamos.

La buena noticia es que hay muchas personas que han visto a través de esta mierda. La mala noticias es que, en su mayor parte, sólo quieren cambiar las políticas.

Una historia nos podría ayudar a aclarar el punto.

Antes de la Cumbre de la Tierra celebrada en Río en 1992 (¡y vaya éxito! las cosas están mucho mejor ahora, ¿verdad?), el embajador de los EU para las Naciones Unidas envió auxiliares de alto nivel a través del país, ostensiblemente para obtener la perspectiva de las personas con respecto a la posición que los EU debería tomar en dicha cumbre. Una de las reuniones fue en Spokane, Washington, donde yo vivía en ese momento. El salón estaba repleto, y la línea de personas que querían hablar serpenteaba hasta el fondo del edificio. Persona tras persona testificó que el “desarrollo sustentable” era un engaño, y que sólo era un pretexto para continuar con el exterminio del mundo.

Señalaron que el problema no es la humanidad, sino la cultura, y les rogaron a los representantes de los EU para que escucharan y tomaran el liderazgo de las personas indígenas alrededor del mundo, quienes vivían bien y vivían de manera realmente sostenible en sus tierras sin ningún “desarrollo”. (El hecho es que vivían bien y de manera sostenible porque nunca se industrializaron.) Señalaron que el “desarrollo” inevitablemente obligaba a las personas indígenas y a los granjeros de subsistencia a que abandonaran sus tierras. Persona tras persona señaló precisamente lo que estoy diciendo en este artículo.

Cuando habíamos terminado de dar nuestro testimonio, el representante nos dio las gracias por el apoyo a la posición de los Estados Unidos y además por nuestro apoyo al “desarrollo sostenible”. Era como si no hubiera escuchado una sola palabra de lo que habíamos dicho.

Sosteniendo el Estilo de Vida de la Explotación

Éste es el problema: la palabra “sostenible” ha sido manipulada para que no signifique “ayudar al mundo real a sostenerse”, como lo sería en el caso de la participación adecuada dentro de la comunidad incluyendo a los vecinos no-humanos, pero en su lugar “sostener este estilo de vida de la explotación”.

Piénsalo bien. ¿Qué tienen en común todas las supuestas soluciones al calentamiento global? Es simple: todas asumen la existencia del capitalismo industrial (y el colonialismo en el cual está basado) y que el mundo natural debe conformarse al capitalismo industrial. Esto es auténtica demencia si consideras que está afuera de la realidad de nuestro mundo físico.

El mundo real debe ser primario, con cualquier sistema social del que quieras hablar como secundario y enteramente dependiente, porque sin un mundo real, de ninguna forma se tiene un sistema social. El “desarrollo sostenible” es una afirmación virtuosa engañosa porque su esfuerzo está en sostener esta cultura explotadora y destructiva y no el mundo real del cual dependemos.

Y eso jamás funcionará.

Por lo que muchas personas indígenas me han dicho que lo primero y más importante que debemos hacer es descolonizar nuestros corazones y mentes. Una parte de lo que me han dicho es que debemos romper nuestra identificación con esta cultura, y en su lugar, identificarnos con el mundo real, el mundo físico, la Tierra viva que es nuestro único hogar.

Quisiera decir una última historia. En el libro, The Nazi Doctors (Los doctores Nazi), Robert Jay Lifton preguntó cómo era posible que personas que habían tomado el juramento Hipocrático podrían trabajar en los campos de concentración Nazi. Encontró que muchos de los doctores se preocupaban profundamente por la salud de los prisioneros y que harían lo que estuviera en su poder para protegerlos. Les darían una piltrafa más de papa. Los escondían de los oficiales que elegían a quienes iban a matar. Los llevaban a la enfermería y los dejaban descansar todo el día. Hacían todo lo que tenían en su poder, excepto lo más importante de todo. No cuestionaban la existencia del campo de concentración. No cuestionaban matar a los prisioneros en los trabajos forzados, matarlos por inanición o envenenamiento. Este fracaso por cuestionar a las condiciones, guio a estos doctores a participar activamente en las atrocidades.

Con todo el mundo en peligro, no sirve que agreguemos la palabra sostenible en frente de la engañosa palabra desarrollo cuando lo que en verdad queremos decir es “continuar esta forma de vida basada en la explotación y destrucción por el rato que queda”. Eso destruye las palabras sostenible y desarrollo y, por supuesto, contribuye con la continua destrucción del planeta. Desperdicia tiempo que no tenemos.

Con todo el mundo en peligro, no sólo debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para proteger a las víctimas de esta cultura, pero debemos cuestionar la prolongación de esta cultura de campo de exterminio que está agotando al mundo hasta la muerte, matándolo de hambre, envenenándolo hasta la muerte.

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No Responses — Written on November 19th — Filed in Español

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